Entrevista de Corporate Watch con Noam Chomsky
Por Anna Couey y Joshua Karliner.
CW: ¿Cómo ve de significativas las recientes escaramuzas
entre el Departamento de Justicia y Microsoft? ¿Lo ve como un cambio importante en esta
espiral de acontecimientos?
NC: Sí es significativo. Pero no deberíamos exagerarlo.
Si hay tres grandes empresas controlando lo que son esencialmente propiedades y creaciones
públicas, esto es, Internet, telecomunicaciones, etcétera, eso no es algo mucho mejor
que el control de una sola empresa, pero quizás existe una pequeña diferencia. La
pregunta es hasta qué punto parásitos como Microsoft deberían ser expulsados del
sistema público, o si se les debería conceder absolutamente cualquier derecho.
CW: Proporciónenos
algo de contexto histórico. ¿Cómo encaja lo que está pasando con el creciente poder de
Microsoft y cómo encaja su papel en la sociedad en la historia del poder de las
corporaciones en Estados Unidos y en la evolución de las mismas?
NC: Existen corporaciones desde hace tanto tiempo como en
el siglo dieciocho, e incluso antes. En Estados Unidos, las corporaciones eran entes
públicos. Básicamente, eran asociaciones. Un grupo de gente podía reunirse y decir
"queremos construir un puente sobre éste río", y conseguir un permiso estatal
que les permitiese hacerlo, necesitando eso y nada más. La corporación no tenía los
derechos de las personas individuales. El modelo para la corporación volviendo a los
tiempos de la redacción de la Constitución era un asunto constitucional. Durante el
siglo diecinueve, esto empezó a cambiar.
Es importante recordar que el sistema constitucional no
fue diseñado en primer lugar para defender los derechos de la gente. Más bien, los
derechos de los ciudadanos tenían que ser equilibrados, como propuso Madison, con lo que
él llamaba los "derechos de propiedad". Por supuesto, la propiedad no tiene
derechos: mi bolígrafo no tiene derechos. Puede que yo tenga un derecho sobre él, pero
el bolígrafo no tiene ningún derecho. Así, esta es sólo una frase codificada para
favorecer los derechos de la gente con propiedades. El sistema constitucional fue fundado
sobre el principio de que los derechos de la gente con propiedades tienen que ser
privilegiados; ellos tienen derechos porque son personas pero ellos también tienen
derechos especiales porque poseen la propiedad. Como Madison expuso en los debates
constitucionales, el objetivo del gobierno debe ser "proteger a la minoría de
opulentos frente a la mayoría". Esa es la vía por la que el sistema fue
establecido.
En los Estados Unidos de América, cerca del cambio de
siglo, a través del activismo judicial radical, los tribunales cambiaron crucialmente el
concepto de la corporación. Simplemente lo redefinieron con el objetivo de garantizar
privilegios no sólo para los dueños de la propiedad, sino también para lo que los
historiadores del derecho llaman "entidades jurídicas colectivas". Las
corporaciones, en otras palabras, recibieron a principios de este siglo derechos de
personas, de hecho personas inmortales, y personas de inmenso poder. Y estaban libres de
la necesidad de restringirse ellos mismos las concesiones del Estado.
Ese es un gran cambio. Esencialmente es establecer
importantes tiranías privadas, las cuales no tienen responsabilidades porque están
protegidas por la Quinta Enmienda, libres de búsqueda y captura, y más aun, uno no puede
imaginarse qué es lo que están haciendo.
Después de la Segunda Guerra Mundial, era bien sabido en
el mundo de los negocios que iban a tener que acordar con el Estado coordinación,
subvenciones y una especie de socialización de los costes y los riesgos. La única
cuestión era cómo hacerlo. El método que se encontró para ello fue el "sistema
del Pentágono" (que incluye al DOE, a la AEC o a la NASA). Estos sistemas
subvencionados públicamente han sido el núcleo de los sectores dinámicos de la
economía norteamericana desde entonces (bastante parecido es el caso de la
biotecnología, la farmacología, etc., que se apoyan en diferentes fuentes públicas). Y
eso ciertamente señala el camino a Microsoft.
Así pues, ¿cómo alcanza Microsoft sus enormes
beneficios? Bien, Bill Gates es bastante franco acerca de ello. Él dice que ellos lo
hacen "adoptando y extendiendo" las ideas de otros. Ellos se han basado en los
ordenadores, por ejemplo. Los ordenadores fueron creados a expensas e iniciativa
públicas. En los años cincuenta cuando estaban siendo desarrollados, tenían cerca del
100% de financiación pública. Lo mismo se puede decir de Internet en sus primeros
tiempos. Las ideas, las iniciativas, el software, el hardware... fueron creados a
iniciativa y a expensas públicas, y están siendo entregados a individuos como Bill
Gates.
CW: ¿Cuáles son
los impactos sociales y culturales de permitir a no sólo un monopolio, sino incluso si es
a no más que a unas pocas grandes corporaciones, dominar algo tan básico cómo el habla
humana, la comunicación con el otro?
NC: Es una forma de tiranía. Pero, ese es el objetivo
último de la corporación - intentar alejar lo público de la toma de decisiones sobre
aquello que pertenece a su misma esencia, limitar los campos de discusión públicos,
controlar la opinión, asegurarse de que las decisiones fundamentales que determinan cómo
va a funcionar el mundo - lo cual incluye la producción, el comercio, la distribución,
el pensamiento, la política social, la política exterior, todo - no está en manos
públicas, sino más bien en manos de un altamente concentrado poder privado. Y hay varias
formas para hacer esto. Una es tener el sistema de comunicación, también llamado sistema
de información, en manos de una red de, pocas o muchas no importa mucho, tiranías
privadas.
Tomemos los medios de comunicación en Estados Unidos. Son
mayoritariamente medios corporativos. Incluso los llamados medios públicos no son muy
diferentes. Son simplemente enormes corporaciones que venden audiencias a los anunciantes
de otros negocios. Y se supone que constituyen el sistema de comunicaciones. No es
complicado imaginar que es lo que va a resultar de todo esto.
Y hay cosas nuevas ocurriendo todo el tiempo. Justo en
este momento hay un ejemplo dramático, que es el Acuerdo Multilateral sobre Inversiones
(AMI), el cual se supone que va a ser firmado este mes, aunque no van a hacerlo. Las
negociaciones han estado continuando en secreto durante cerca de tres años. Es
esencialmente un enorme juego de poder entre corporaciones, que intenta ofrecer a los
"inversores" - no en referencia al señor que trabaja en la tienda de abajo,
sino a las juntas directivas de General Electric, Merrill Lynch, etc.- derechos
extraordinarios. Se está haciendo en secreto porque la gente implicada, que es
casualmente toda la comunidad de negocios, sabe que la ciudadanía va a odiarlo. Por
tanto, los medios están guardándolo en secreto. Y es una hazaña asombrosa durante tres
años mantener la calma acerca de algo que todo el mundo sabe que es un importante
conjunto de decisiones, el cual va a encerrar a los países en ciertos acuerdos. Impedirá
la política pública. Ahora usted puede argumentar que es algo bueno, algo malo, usted
puede argumentar lo que quiera, pero no hay duda acerca de cómo la gente va a reaccionar,
y no hay duda acerca del hecho de que los medios, que han estado bien enterados de esto
desde el principio, han tenido éxito en no mencionarlo apenas.
CW: ¿Cómo se
beneficiaría una compañía como Microsoft del AMI?
NC: Podría mover libremente el capital. Podría
invertirlo dónde quisiera. No habría restricciones en nada de lo que hiciera. Un país,
o un pueblo, como por ejemplo Cambridge, Massachusetts, donde yo vivo, donde trabajo, no
podría imponer condiciones en cuanto a la protección del consumidor, el control
medioambiental, las inversiones o los apartados para las minorías o las mujeres.
Menciónelo y no lo admitirán.
Ahora lo lejos que esto pueda llegar exactamente depende
de la disposición a impulsarlo. Estas cosas no se determinan mediante palabras. No hay
nada en la Constitución, o en las enmiendas a la Constitución, que permita a las
tiranías privadas tener el derecho a la personalidad. Lo que el AMI signifique en la
práctica depende no sólo o principalmente de las palabras, sino de cómo son las
relaciones de poder, de si la gente se opone a ello tan estruendosamente que no permite
que ocurra, quizás mediante alborotos, o mediante cualquier cosa.
Un elemento crucial de ésto es lo que llaman el efecto
trinquete; que la legislación existente va a ser permitida pero tiene que ser retirada
pasado un plazo. Tiene que ser echada atrás, y ninguna nueva legislación puede ser
introducida que entre en conflicto con los derechos de Microsoft o cualquier corporación
para hacer cualquier cosa en el ámbito internacional o nacional. En un cierto plazo que
se supone que se va a tener un efecto trinquete, de someter el mundo más y más a las
principales tiranías privadas, como Microsoft, con sus alianzas y relaciones.
CW: El economista
Brian Arthur afirma que debido a la naturaleza rápidamente cambiante de la tecnología,
nadie permanecerá en una posición del monopolio durante mucho tiempo, de modo que el
poder monopolístico en la industria de la tecnología es diferente que el que se ha visto
históricamente, y no hay nada de lo que preocuparse.
NC: Pero nunca ha habido poder monopolístico; o ha habido
muy raramente poder monopolístico. Tomemos los grupos de poder altamente concentrados,
como en la industria de la energía. No son en sentido estricto monopolios. Shell y Exxon
son competidores. Éste es un sistema de administración del mercado intensivo en
gestión, con un enorme poder estatal implicado en los intereses de una pequeña
colección de tiranías privadas.
Es muy extraño encontrar un verdadero monopolio. La
AT&T fue un monopolio durante una época, eso es por lo que pudo crear cosas como el
transistor, por ejemplo. Era un monopolio, así que por tanto podían cobrar
tarifas altas. Pero eso es ciertamente inusual.
CW: ¿Piensa usted
que todo el asunto de los monopolios es algo como para estar preocupado?
NC: Éstos son oligopolios; son pequeños conjuntos de
grupos de poder altamente concentrados en relación unos con otros. Si uno de ellos
consiguiera control total sobre un cierto sistema, otros poderes probablemente no lo
permitirían. De hecho, eso es lo que usted está viendo.
CW: ¿Así pues,
usted no piensa que Bill Gates es un nuevo John D. Rockefeller?
NC: John D. Rockefeller no era un monopolista. Standard
Oil no gobernaba toda la industria; aunque lo intentaban. Pero otros centros de poder
simplemente no desean dejar tal cantidad de poder a uno de ellos.
CW: ¿Entonces de
hecho, quizás hay un paralelismo ahí entre Gates y Rockefeller, o no?
NC: Piense en el sistema feudal. Usted tenía reyes,
príncipes, obispos, señores, etc. La mayor parte de ellos no deseaban que el poder
estuviese concentrado totalmente, ellos no querían tiranos absolutos. Cada uno de ellos
tenía sus feudos que deseaban mantener en un sistema de poder altamente concentrado.
Sólo querían cerciorarse de que la población, la llamada chusma, no sería parte de
él. Es por esta razón la cuestión del monopolio -no quiero decir que no sea importante-
sino que no es de ninguna manera el núcleo del asunto.
CW: ¿Cómo esa
transferencia de la esfera pública a la privada ha cambiado Internet?
NC: Mientras Internet estaba bajo el control del
Pentágono, era libre. La gente podría utilizarla libremente para compartir información.
Esto ha seguido siendo verdad cuando permanecía dentro del dominio estatal de la National
Science Foundation.
Incluso hasta 1994, gente como por ejemplo Bill Gates
tenía poco interés en Internet. No iría nunca a las conferencias sobre Internet, porque
no veía una manera de sacar beneficios. Ahora se está entregando a las corporaciones
privadas, y te dicen todas las cosas buenas que desean hacer. Desean tomar grandes zonas
de Internet y sacarlas totalmente del dominio público, convertirlas en intranets, que
sean cercadas con cortafuegos, y utilizadas sólo para operaciones corporativas internas.
Desean controlar el acceso, y ésa es una gran parte de los esfuerzos de Microsoft:
controlar el acceso de tal manera que dirijan a la gente que tiene acceso a Internet hacia
lo que "ellos" deseen, como servicios de compra a domicilio, u otras
diversiones. Si usted realmente sabe exactamente lo que desea encontrar, y tiene
suficiente información y ganas, puede ser capaz de encontrarlo. Pero ellos desean hacer
eso tan difícil como sea posible. Y es perfectamente natural. Si usted estuviera en la
junta directiva de Microsoft, seguro que eso es lo que usted intentaría hacer.
Bien, esas cosas no "tienen" que suceder.
Internet puede ser mantenida bajo control público. El acceso podría promoverse para todo
el mundo. Más aun, los proveedores podrían ser subvencionados para que aquello que esté
disponible on-line no fuese principalmente las ideas, entretenimientos y comercios
colocados por instituciones privadas con grandes beneficios. Pero eso va a significar
mucho trabajo duro a todos los niveles, desde en el Congreso hasta en organizaciones
locales, asociaciones, otros grupos de ciudadanos que puedan presionar en contra de la
privatización y la mercantilización por todas las maneras habituales.
CW: ¿Qué es lo que
parecería si estuviera bajo control público?
NC: Parecería lo que era antes, excepto que sería mucho
más accesible porque más gente tendría acceso. Y sin constricciones. La gente podría
simplemente utilizarla de forma libre. Se ha hecho eso, mientras estaba bajo dominio
público. No era perfecto, pero tenía más o menos el tipo correcto de estructura. Eso es
lo que Microsoft y otros desean destruir.
CW: ¿Y cuando usted
dice eso, usted se está refiriendo a Internet tal como era hace 15 años?.
NC: Estamos hablando específicamente de Internet, de
momento. Pero más generalmente, los medios de comunicación durante la mayor parte de
este siglo, y cada vez más en años recientes, han estado bajo poder corporativo. Pero
ése no se es siempre el caso. No tiene que ser el caso. No tenemos que ir muy lejos
atrás a encontrar diferencias. Bastante recientemente, en los años cincuenta, había
cerca de 800 periódicos laboristas que alcanzaban a entre 20 y 30 millones de personas a
la semana, con un punto de vista muy diferente. Remóntese usted más atrás, y a
principios de siglo los medios comunitarios, laboristas y otros estaban básicamente al
nivel de los medios corporativos. La eliminación de todo esto es consecuencia de la alta
concentración del poder concedida por el estado con el activismo judicial y otras
presiones privadas, que pueden ser invertidos y superados.
CW: Tome la
creciente concentración en la tecnología a la que estamos asistiendo con Microsoft y
algunas de estas otras compañías, y compárela con fusiones recientes en los sectores de
defensa, comunicaciones, seguros, y banca, y especialmente el contexto de la
globalización. Estamos viendo una nueva etapa en el capitalismo global, o es simplemente
una continuación de los negocios como siempre?
NC: En líneas generales, la globalización contemporánea
está llevando el mundo de nuevo a lo que era hace más o menos un siglo. A principios de
siglo, bajo la dominación básicamente británica y el patrón oro, si usted mira la
cantidad de comercio, de flujo financiero, etcétera, en relación con el tamaño de la
economía, estamos bastante cerca de volver a eso ahora, después de una depresión entre
las dos guerras mundiales.
Ahora hay algunas diferencias. Por ejemplo, la velocidad
de transacciones financieras se ha acelerado mucho en los últimos 25 años con la llamada
revolución de las telecomunicaciones, que era una revolución en gran parte dentro del
sector público. La mayor parte del sistema fue diseñado, desarrollado y mantenido a
expensas públicas, y después entregado al beneficio privado.
Las medidas del estado también desbarataron el sistema
económico internacional de posguerra, el sistema de Bretton Woods, en los primeros años
setenta. Fue desmontado por Richard Nixon, con la iniciativa estadounidense y británica
sobre todo. El sistema de regulación de los flujos de capital fue desmantelado, y eso,
junto con la revolución de las telecomunicaciones iniciada por el Estado, llevaron a una
explosión enorme del flujo de capital especulativo, que ahora está bien por encima del
trillón dólares por día, y es sobre todo no productivo. Si regresamos a alrededor de
1970, los flujos de capital estaban relacionados en un 90% con la verdadera economía,
como el comercio y la inversión. Ahora, sólo un pequeño porcentaje está en relación
con la verdadera economía. La mayor parte tienen que ver con las manipulaciones
financieras, las especulaciones con la innovación, cosas que son realmente destructivas
para la economía. Y eso es algo que antes no era cierto, no solamente no lo era hace 100
años, sino que no era cierto hace 40 años. Así pues hay cambios. Y usted puede ver sus
efectos.
Ésa es seguramente parte de la razón de que en el
período reciente, los últimos 25 años, haya sido un período de desarrollo económico
inusualmente lento, de bajo crecimiento de la productividad, de estancamiento o de la
disminución de salarios y de rentas para probablemente dos tercios de la población,
incluso en un país rico como éste. Y beneficios enormemente altos para una parte muy
pequeña de la población. Y es peor en el tercer mundo.
Usted puede leer en el New York Times, en el artículo de
portada en "Week in Review", ayer domingo 12 de abril, que América es próspera
y feliz. Y si usted mira a los americanos de los que están hablando, resulta que no son
las casi dos terceras partes de la población cuyos ingresos están estancados o
disminuyendo, son la gente que posee el capital. Así pues, de acuerdo, lo están haciendo
indudablemente bien, excepto porque cerca del 1% de las familias posee cerca del 50% del
capital, y casi lo mismo pasa con otras posesiones. La mayor parte del resto de cosas es
propiedad del 10% de la población. Así que seguro, América es feliz, y América es
próspera, si América significa lo que el New York Times entiende por tal. Son los
pequeños grupos de élite de quien y para quien están hablando.
CW: ¿Qué tipo de
cosas puede la gente hacer para intentar extender y exigir la democracia y el control
público a las corporaciones?
NC: Bien, lo primero que han de hacer es averiguar que es
lo que les está ocurriendo. Así pues, si usted no tiene información sobre eso, no puede
hacer mucho. Por ejemplo, es imposible oponerse, pongamos, al Acuerdo Multilateral sobre
Inversiones, si usted no sabe que existe. Ese es el propósito del secretismo. Uno no
puede oponerse a la forma específica de globalización que está teniendo lugar, a menos
que la comprenda. Tendría no sólo que leer los titulares que dicen que la economía de
mercado ha triunfado, sino que tendría que leer a Alan Greenspan, el presidente de la
Reserva Federal, cuando habla internamente; cuando dice que el estado de la economía
depende de una maravillosa conquista que hemos conseguido, llamada "inseguridad
laboral". Ese es su término. Inseguridad laboral, que es no saber si vas a tener un
trabajo mañana. Es una gran bendición para la salud de la economía porque mantiene los
salarios bajos. Es estupendo: mantiene los beneficios altos y los salarios bajos.
Bien, a menos que la gente sepa esas cosas, no pueden
hacer mucho sobre ello. Por tanto lo primero que hay que hacer es crear para nosotros,
para la población, sistemas de intercambio, interacción, etcétera, como Corporate
Watch, Public Citizen y otras agrupaciones ciudadanas, que proporcionen al público el
tipo de información y comprensión que de otra forma no van a tener. Después de eso
tienen que luchar contra ello, de montones de formas que están abiertas. Puede hacerse
directamente a través de presión sobre el Congreso, o de manifestaciones, o de creación
de instituciones alternativas. Y debería apuntar, en mi opinión, no sólo a cuestiones
menores, como la prevención de los monopolios, sino también a cuestiones más profundas,
como porqué tienen las tiranías privadas derechos totales.
CW: ¿Qué piensa
acerca del potencial de todos los medios alternativos que están surgiendo en Internet,
dadas las actuales tendencias?
NC: Ese es un asunto para la acción, no para la
especulación. Es como preguntar hace cuarenta años cuál era la probabilidad de que
tuviéramos un sistema de salud como Medicare. Estas cosas ocurren si la gente lucha por
ellas. En el mundo de los negocios, Microsoft, tiene conciencia de clase alta. Son
básicamente vulgares marxistas, que se ven a sí mismos metidos en una amarga lucha de
clases. Por supuesto siempre van a continuar con ella. La cuestión es si tienen ese campo
para ellos solos. Y la cuestión más profunda es si se les debería permitir participar;
yo no creo que deban.
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